CHILE
Y LA VIOLENCIA
Patricio
González
Febrero
2020
El
término “violencia”
se puede definir como “el uso intencional de la fuerza física,
amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que
tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia
un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la
muerte.”1
Seguramente
deben haber varias otras definiciones de ese término, hoy en día de
gran actualidad en Chile. En efecto, si se contextualiza de un punto
de vista social, este término expresa una serie de hechos, que ya
surgen algunos milenios atrás.
Desde
el estallido social de octubre pasado, el gobierno, parlamentarios
oficialistas y algunos de la oposición, con la complicidad de la
inmensa mayoría de los medios masivos de comunicación, han
implementado una fuerte campaña comunicacional, demonizando al
movimiento social y calificándolo de delincuencial, intentando
desprestigiarlo y permitir así una mayor represión en contra de
esas manifestaciones, situación muy similar a la permanente campaña
comunicacional implementada por la dictadura cívico-militar de los
años 70 y 80 contra el movimiento de resistencia. Para ello se han
valido de reacciones de algunos manifestantes contra la salvaje
represión que han sufrido de las fuerzas represoras a través de
bombas lagrimógenas, de los carros lanza-aguas, golpes, detenciones
arbitrarias, balínes, etc. Así, tratan de desviar el foco de las
inmensas demandas sociales, y principalmente políticas, que han
planteado los manifestantes. Esto con el fin de deslegitimar esas
justas demandas del movimiento popular y seguir imponiendo una férrea
represión policial.
Ahora
bien, ¿de donde surge la violencia?. En lo teórico, ésta nace del
desarrollo de la sociedad con el surgimiento de clases sociales
antagónicas, que expresan las relaciones de producción establecidas
en cada momento.
De
acuerdo a Kenly Jiménez, Profesora de la Escuela de Trabajo Social,
Universidad de Costa Rica, “Si no se tiene en cuenta el contenido
social y el contenido de clases de los acontecimientos, es imposible
orientarse correctamente en la interpretación de los diversos
fenómenos”2.
Poco más adelante, continúa la citada académica: “La comprensión
científica de la naturaleza de las clases permite analizar
profundamente las relaciones reales de los hombres dentro de la
sociedad, definir el luchar de cada clase en la vida social, así
como su esencia, sus objetivos, sus intereses reales. Es una guía
segura en la lucha por la transformación de la sociedad”.3
En
El Manifiesto Comunista se señala “La historia de todas las
sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de
clases.
Hombres
libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros
y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron
siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras
franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación
revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en
pugna.”4
Por
su parte, Marx, en su carta a Weydemeyer, del 5 de marzo de 1852,
señala “...Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de
haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna
ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores
burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha
de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de
éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la
existencia
de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de
desarrollo de la producción;
2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura
del proletariado;
3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito
hacia la abolición
de todas las clases y hacia una sociedad sin clases...”5
En
el El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Engels
señala: “Los
intereses más viles -la baja codicia, la brutal avidez por los
goces, la sórdida avaricia, el robo egoísta de la propiedad común-
inauguran la nueva sociedad civilizada, la sociedad de clases; los
medios más vergonzosos -el robo, la violencia, la perfidia, la
traición-, minan a la antigua sociedad de las gens, sociedad sin
clases, y la conducen a su perdición. Y la misma nueva sociedad, a
través de los dos mil quinientos años de su existencia, no ha sido
nunca más que el desarrollo de una ínfima minoría a expensas de
una inmensa mayoría de explotados y oprimidos; y esto es hoy más
que nunca.”6
En
el informe al Pleno de Agosto de 1977, del PC de Chile, se señala:
“todo Estado que existe en una sociedad dividida en clases
antagónicas es una forma de dictadura. Dicho en otros términos, en
tal tipo de sociedad el Estado no está por encima de las clases”7.
Por
su parte, la profesora Iris Laureiro Ramírez, de la Universidad
“Martha Abreu”, de Villa Clara, Cuba, señala: “La problemática
de la violencia cobra actualidad en este mundo de principios de
siglo, en el cual las grandes potencias imponen desde su poder por la
fuerza de las armas su cultura. Siendo la violencia al decir de
algunos autores el primer problema que enfrentará la humanidad en el
siglo XXI, poniendo a la orden del día la necesidad de una cultura
de paz.”8
A
continuación la mencionada académica cita la Ideología Alemana,
obra conjunta de Marx y Engels, donde ellos consideran la violencia
como medio de lucha de los obreros contra la burguesía, como fuerza
motriz de la historia, Engels se pregunta: “¿Dónde reside
precisamente lo primario de la propia violencia? Reside en el poder
económico, en la posibilidad de disponer de los recursos de poder de
la gran industria.”9
En
el caso específico de nuestro país, la violencia tiene su origen ya
con la llegada de los españoles al actual territorio llamado Chile
(como en todos los otros países, iberoamericanos) hace ya más de
500 años, a la colonización a la cual sometieron a los Pueblos
Originarios, al extermino físico de varios etnias a través de las
matanzas que aplicaron, a la llegada de capitales extranjeros una vez
alcanzada la Independencia, con la consiguiente explotación de los
trabajadores en todo el territorio nacional, con horribles masacres,
como la de la Escuela Santa María en Iquique (1907), en varias
Oficinas Salitreras, diversas masacres de trabajadores en Valparaíso
y Santiago, en la Matanza de Ranquil en Lonquimay (1934) y en otros
pueblos y ciudades del sur del país, etc.
Quizás
la mayor violencia de clases se vivió desde el 11 de septiembre de
1973 y años siguientes, con la instauración de la más horrible y
sangrienta dictadura cívico-militar en nuestro país, que partió
con el bombardeo del palacio La Moneda y la muerte del Presidente
Allende, el asesinato de miles de chilenos, violación sistemática y
prolongada de de los DDHH, con la instalación de un perverso modelo
económico, como el neoliberalismo, y la exacerbación de la
explotación sobre la clase y capas sociales explotadas, lo que se
manifiesta, entre muchos otros, los problemas de la salud, pensiones,
educación, vivienda, tal como se expresa en las demandas sociales
hechas por los manifestantes, los cuales han sido reprimido con una
violencia exorbitante por parte de las fuerzas armadas y policiales,
ante lo cual se ha respondido con diversas formas de protestas, como
marchas, barricadas y autodefensa.
En
esas manifestaciones ha habido situaciones delictuales aisladas, como
incendios, saqueos, destrozos, etc. Habría que preguntarse cuántos
de estos hechos son atribuibles al lumpen y delincuentes comunes y
cuantos otros a infiltrados en el movimiento social, como ha quedado
demostrado en la comuna de Providencia, donde funcionarios
municipales denunciaron haberse infiltrado en la primera línea,
obedeciendo a órdenes de la Alcaldía.
Desde
el llamado “estallido social” del 18 de octubre, la apreciación
valórica de la movilización social ha ido cambiando en nuestro
país, especialmente entre las autoridades de gobierno y
parlamentarios de derecha y algunos de centro.
El
20 de octubre, el Presidente Piñera declaraba: “estamos en guerra
contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a
nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin
ningún límite, incluso cuando significa pérdidas de vidas humanas,
que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, nuestras estaciones
del Metro, nuestros supermercados"10.
El día anterior ya había declarado Zona de Emergencia para Santiago
y horas más tarde se dictó toque de queda, medida que no se
implementaba desde tiempos de la dictadura pinochetista.
Paradojalmente, el
22 de octubre de 2019, el Presidente pedía perdón por la grave
situación vivida en el país y reconocía la falta para ver las
condiciones que vive el país. Señaló: "hemos escuchado la voz
de la gente de quienes han manifestado sus dolores y esperanzas".
Expresó que "la clase humilde es quien ha sufrido las mayores
consecuencias de la emergencia", y pidió trabajar en conjunto
con todas las fuerzas políticas. Agregó más adelante: "Es
verdad que los problemas se acumulaban desde hace décadas. Los
distintos Gobiernos no fueron ni fuimos capaces de reconocer esta
situación de inequidad y abuso en toda su magnitud. Reconozco esta
falta de visión y pido perdón a mis compatriotas"11.
Sin
embargo, posteriormente ha vuelto de tildar de delincuentes a quienes
se manifiestan en las calles por un país más justo y equitativo.
Tanto de parte del gobierno, como de dirigentes de los partidos
político de derecha, de empresarios y los medios de comunicación de
masas, totalmente en manos de los primeros, se han dedicado a
catalogar al movimiento social como una expresión de delincuentes y
vándalos, que han aplicado niveles de violencia exacerbados, que lo
único que buscan es resquebrajar la paz social y llevar al país al
caos.
Por
otra parte, de acuerdo a El Mostrador (6 de febrero de 2010)12,
el
Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) entregó nuevos datos
sobre la cantidad de personas a nivel nacional que ha sido golpeada
por agentes del Estado desde el 18 de octubre pasado. Reveló la
cifra de 869 golpizas y de 717 víctimas, de las cuales, 155 son
mujeres.
En la zona central, la
RM han ocurrido 142 de estos ataques. Después viene Valparaíso con
61, el Maule con 44 y de O'Higgins con 31
En
zona norte, la Región de Coquimbo registra 135 golpizas, después
Antofagasta con 47 y Tarapacá con37. En la zona sur, Bio Bío
registra 174 golpizas, en Los Ríos se registran 58, 31 en Aysén 31
y 30 en La Araucanía 30. Rodrigo Bustos, jefe jurídico del INDH
acotó que estos no han sido casos aislados ni excepcionales, estamos
hablando de una práctica que se ha repetido muchas veces en los
últimos 100 días.
Benito
Baranda, en entrevista del 5 de febrero 2020 a Cooperativa13,
señala que “la raíz principal de la violencia es el abandono del
Estado con algunos territorios”. Agregó que “ningún Gobierno
se ha hecho responsable de trabajar con la gran cantidad de niños y
jóvenes abandonados socialmente”. Añadió que hay una gran
cantidad de niños y jóvenes abandonados socialmente, "sobre
los cuales no han existido políticas".
A
estas alturas, es incuestionable que el actual estado de violencia
surge intrínsecamente del golpe de estado de 1973, de la imposición
de la espúrea Constitución de 1980 y del modelo económico
impuesto, por lo cual hace necesario generar una nueva Constitución
que, a lo menos, establezca algunas garantías mínimas, en un marco
más democrático, que recoja las grandes y más sentidas demandas de
la población.
1https://www.who.int/topics/violence/es/
2Teoria
de Clases y Lucha De Clases, Jiménez, Kenly. Profesora Escuela de
Trabajo Social, Universidad de Costa Rica, pág. 1, 1974, en
www.ts.ucr.ac.cr
3Idem.
4Marx
y Engels, El Manifiesto
Comunista, Editorial Delta, Pag. 41-42
5http://www.marxismoeducar.cl/cartme02.html
6Engels,
F., El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado
COLECCIÓN CLÁSICOS DEL MARXISMO Traducción: Grupo de Traductores
de la Fundación Federico Engels, Primera edición: septiembre 2006,
www.fundacionfedericoengels.org, pág. 54
7La
Revolución Chilena, la Dictadura Fascista y la Lucha por Derribarla
y Crear Una Nueva Democracia. Informe a1 Pleno, de
agosto de 1977 del Comité Central del Partido Comunista de Chile,
rendido por su Secretario General, compañero Luis Corvalán, pág.
80
8Laureiro
Ramírez, Iris, Universidad “Martha Abreu” Villa Clara.
Profesora de Historia de la Filosofía, El tratamiento de la
violencia en las obras de los clásicos del Marxismo-Leninismo e
importantes pensadores cubanos, pág. 1, en:
https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/congreso06/ponencias06.htm
9Idem.
Pág. 2
10https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/manifestaciones/presidente-pinera-estamos-en-guerra-contra-un-enemigo-poderoso/2019-10-20/232318.html
11https://www.24horas.cl/nacional/pinera-pide-perdon-al-pais-por-la-falta-de-vision-para-reconocer-esta-inequidad-y-abuso-3676209
12https://www.elmostrador.cl/noticias/2020/02/07/nuevo-balance-del-indh-se-has-registrado-mas-de-850-golpizas-de-parte-de-agentes-del-estado-durante-el-estallido-social/
13https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/manifestaciones/benito-baranda-la-raiz-principal-de-la-violencia-es-el-abandono-del/2020-02-05/094357.html
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