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miércoles, 18 de noviembre de 2020

Las volteretas de la vida: de delfín a jurel tipo salmón

  

Las volteretas de la vida: de delfín a jurel tipo salmón
Patricio González Noviembre 2020.
Renegar de su pasado se ha ido convirtiendo en un deporte habitual en
algunas personas de la política. De vez en cuando aparecen algunos
conversos, que reniegan de su pasado político y venden una nueva y
“remozada” imagen en la actualidad. Sergio Muñoz Riveros es uno de

ellos. Se ha convertido en un articulista regalón de algunos periódicos
nacionales. En algunas de sus últimas columnas escritas para un diario
de circulación nacional, a propósito de la Convención Constituyente,
entrega una serie de argumentos, que se constituyen como un corolario
de varias centenas de columnas periodísticas que ha escrito, donde expresa
precisamente el pensamiento del converso.
¿Quién es el susodicho autor de estas columnas?. En los años sesenta,
fue “destacado” dirigente juvenil comunista, miembro del Comité Central
de las JJCC, de su Comisión Ejecutiva, y en su momento fue considerado
uno de los delfines para la Secretaría General de la organización, siendo
posteriormente miembro del PC. Casado con una hija de una destacada
senadora del PC, ya fallecida, vivió su exilio en Europa occidental a
la sombra de su suegra. Ya hacia fines de los 70 se había distanciado
del PC. Hoy en día, tiene una profunda posición anticomunista, como se
puede colegir de sus innumerables columnas para este pasquín de marcada
orientación derechista y pinochetista y de otros similares, y lo mismo
en sus libros, devorados por los anticomunistas de este país.

que hay algunos (¿quiénes, cuántos, dónde?), que él identifica pero no
nombra, que son violentos y que podrían tomar las armas. ¿Serán los
5.885.384 ciudadanos que votaron por el Apruebo?, ¿o será ese “poderoso
enemigo” que denunciara Piñera en octubre 2018?. Debe acotarse, además,
que el Plebiscito y Proceso Constituyente es fruto de la movilización
de millones de chilenos en las manifestaciones del último trimestre del
año pasado y de este año, mayoritariamente de corte pacífico. ¿Serán
estos ciudadanos a los que se refiere el Sr. Muñoz?. Señala que esa
eventual disposición de levantare en armas es contra el Estado democrático.
¿Se referirá el mentado columnista al Estado reformado y regido por el
peor dictador chileno, que escribió una espuria Constitución entre 4 paredes,
con estado de sitio, violación permanente de DDHH, detenidos desaparecidos,
asesinatos de opositores, torturas, exilio, etc., etc.?, Constitución que,
por lo demás, hasta el día de hoy conserva intacta su esencia antidemocrática,
con pequeñas reformas cosméticas.
¿Hasta qué punto llega ese enfermizo anticomunismo de este señor?.
Más adelante se refiere a la causa mapuche como un “tumor”, la que,
según sus palabras, “no es sino la coartada de los grupos político/delictivos
que han causado devastación y dolor en el sur.”2 Muy probablemente para él,
la mal llamada “pacificación de la Araucanía”, incluido el despojo de tierras
a los mapuches, se hizo con pétalos de rosas y voluntariamente, que los fusiles
llevados por el ejército de Chile en aquella época era para celebrar con fuegos
artificiales y que la integración de los pueblos originarios ha sido armónica
y respetuosa.
Pero va todavía más allá. A continuación señala que aquellos, que apoyan la
causa mapuche, traspasaron su experiencia a aliados en Santiago y otras
ciudades para “que actuaran del modo brutal que lo hicieron desde el 18 de
octubre de 2019”3. Y añade otra joyita, cuando afirma “Chile no podrá erradicar
la violencia sin un compromiso real de todas las fuerzas políticas con los
fundamentos del Estado de Derecho”4. La voltereta de este espécimen es
sorprendente. Para él, la violencia del Estado no existe. No es verdad que
se hayan violado los DDHH durante el estallido social de octubre de 2019 y
meses siguientes (para el no existen las afirmaciones de organizaciones
internacionales de DDHH que señalan lo contrario), no es cierto que le
reventaron los ojos al joven Gatica y a cientos de chilenos. Para Muñoz,
el Estado de Derecho es el que construyó Pinochet y sus secuaces (algunos
de los cuales son parte de la derecha actual), a punta de pistolas,
fusiles y metralla, del bombardeo a La Moneda, de la reiterada y
permanentemente violación de los DDHH de decenas de miles de compatriotas,
consolidada con su Constitución de 1980 y sus candados, que a la fecha se
mantiene, y no ha entendido que no fueron $ 30, sino 30 años o más. En su
visión de renegado, critica con su enfermizo anticomunismo a los diputados
que votaron en contra del proyecto de ley que reformaría la ley de partidos
políticos, que los obligaría a rechazar explícitamente la violencia en sus
declaraciones de principios. Entre esos parlamentarios se encuentra la
bancada del PC junto a otros diputados. Con el criterio de este personaje,
los próceres de la Patria no debieron haberse levantado en armas contra la
colonia española, no habría habido Manuel Rodríguez ni el frente que
reivindicó su nombre. Por otro lado, para él, los partidos de derecha son
garante de la democracia y de la no violencia, la dictadura pinochetista
no ejerció una violenta represión. El actuar de la policía nunca ha sido
violento, etc., etc. En esa columna siguen las afiebradas elucubraciones
de este individuo. Ya casi en su parte final de esa columna escribe un
párrafo digno de su epitafio: “Todo sugiere que viene un empeño demagógico
por <<correr el cerco>> para conseguir que la Convención funcione como una
asamblea constituyente de facto, lo que seguramente incluirá diversas
formas de presión de la calle”5. Seguramente para su mente afiebrada, la
Constitución de 1980 es una expresión de inmaculada democracia, escrita por
“renombrados” constitucionalistas elegidos por el pueblo, iluminados por
una luz divina.
Este personaje sigue escribiendo regularmente para sus amos. En otra columna,
escrita para el pasquín ya mencionado, vuelve a insistir en sus afirmaciones
este iluminado. Escribe: “En el deterioro acelerado de nuestra convivencia
y la erosión del Estado de Derecho fue determinante el papel de la violencia
en gran escala, bajo cuya sombra intimidante empezaron a actuar la mayoría de
los partidos opositores, los que incluso trataron de interrumpir el mandato
presidencial. A partir de entonces, está en duda el compromiso de esos partidos
con el régimen democrático”6 La forma como trastoca los hechos y los valores
es sorprendente. El Estado de Derecho, que él nombra, no es más que la forma
que asume el Estado capitalista para, aparentemente, demostrar que actúa como
una democracia burguesa al hacer una separación de poderes en Ejecutivo,
Legislativo y Judicial que aseguraría esos derechos ciudadanos sin que se
ponga en peligro el poder de la clase dominante. Acusa al movimiento social
de la violencia vivida, cuando en verdad ésta viene precisamente del “Estado
de Derecho” que él defiende. Esta violencia fue lo que desató la justa
protesta social en Chile y demuestra que este personaje no entiende la
realidad del país. Está en otro plano, por eso plantea a continuación: “Parecía
que el plebiscito había definido un camino institucional compartido, que
iba a despejar la incertidumbre, pero no ha sido así”7. Craso error de este
individuo. El 25 de octubre la inmensa mayoría de los chilenos rechazamos
indiscutiblemente la constitución pinochetista que nos rige y señalamos que la
nueva constitución debía ser escrita por constituyentes elegidos por los
ciudadanos. Fuerte y claro. No hay lugar a equívocos. Que algunos, como este
señor, piense o crea otra cosa, solo indica una alienación ideológica. En su
argumentación contraria a la aprobación, por parte de la Comisión de
Constitución del Senado, en el sentido de agregar otros 25 representantes de
los pueblos originarios, señala: “El plebiscito aprobó un diseño específico de
la Convención: 155 integrantes, elegidos del mismo modo que los diputados y por
los mismo distritos.”8 Su afirmación es mañosa y falsa. El plebiscito aprobó
hacer una nueva Constitución y que ésta fuera escrita por una Convención
Constitucional, elegida íntegramente por votación directa. El que esta Convención
contemple sólo 155 personas obedece a ese espurio acuerdo del 15 de noviembre de
2019, hecho entre gallos y medianoche, legislado posteriormente por la derecha y
algunos sectores de la oposición entre las 4 paredes del Congreso. Termina su
columna con otras divagaciones medias o totalmente trasnochadas.
Es evidente que Chile despertó ante tanta injusticia social y económica en
nuestro país y que su movilización, que comprende estudiantes, mujeres,
trabajadores, adultos mayores, profesionales, etc., impuso el cambio de
Constitución, el plebiscito y exige un cambio en nuestro país. La derecha y
sus testaferros, como Muñoz y otros, se oponen y tratan de minimizar y
desprestigiar esas demandas, atribuyendo una violencia de estos sectores,
con lo que tratan de esconder la fuerte violencia que ejerce el sistema
contra la inmensa mayoría de la población, con una violenta represión por
parte de la policía y sacando a los militares a la calle. En ese contexto,
conversos ex comunistas, renegados, le hacen el juego a la derecha. Pero
los traidores serán olvidados prontamente por sus amos, una vez que hayan
jugado su vil papel en contra de sus ex camaradas y del pueblo. El tiempo
y la historia los juzgará.

1El
Mercurio, Lunes 2 de noviembre de 2020, Pág. A 2

2Idem.
3Idem
4Idem
5Idem
6El
Mercurio, Miércoles 18 de noviembre de 2020, Pág. A 2

7Idem.
8Idem.


 

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